EL JUBILEO EN UNA PARROQUIA

En la tradición cristiana católica, el Jubileo es un gran suceso religioso. Es el año de la remisión de los pecados y de las penas por los pecados, es el año de la reconciliación entre los adversarios, de la conversión y de la penitencia sacramental.

Sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento. La Ley de Moisés habla sobre un año particular para el pueblo hebreo: “El año cincuenta lo declararán ustedes año santo... será un año de liberación” (Lev 25, 10-13).

La trompeta con que se anunciaba este año particular era un cuerno de morueco, que se llama “yobel” en hebreo, de ahí la palabra JUBILEO.

En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como Aquél que lleva a su cumplimiento el Jubileo antiguo, ya que Él ha venido a “predicar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 16-21).

Un Jubileo es un quincuagésimo aniversario, un año especial que se celebra con exultación en la Iglesia. Es una celebración llena de gozo, el Jubileo se llama comúnmente “Año Santo” o “Año Jubilar”, porque está destinado a promover la santidad de vida de los fieles. Esta celebración puede ser a nivel universal como sucedió en el Año 2000, a nivel diocesano y también a nivel parroquial.

Por ello, el Año Jubilar Parroquial es un “año de gracia del Señor” para el Pueblo de Dios presente en una comunidad parroquial, cuya proclamación lo decreta su Pastor Diocesano.